Frase memorable: “No van a por mí, van a por el PP” dijo el alcalde popular de Alhaurín el Grande (Málaga) cuando fue arrestado por presuntos delitos de cohecho y prevaricación junto con su concejal de Urbanismo. ¿A qué nos sonara eso del urbanismo a estas alturas? Al paso que vamos a nada bueno, a la bolsa del desfalco.
Los dos presuntamente politiquillos, ya en la calle con sendas fianzas de 100.000 euros, han sido denunciados por el propio promotor afectado que habría aportado algunas pruebas de la extorsión.
Lo de la presunta corrupción me queda presuntamente claro, lo que no entiendo, es ¿por qué la dirección del PP no ha tomado ninguna medida disciplinaria contra el regidor y el edil?, ¿será por qué, el alcalde, Martín Serón, es miembro de la directiva regional de Andalucía y diputado provincial en Málaga?
Recuerdo que el PP expulsó a los dos ediles de Torrelodones que denunciaron irregularidades urbanísticas en el municipio gobernado por los propios populares. Por lo visto, el PP local cobraba presuntamente dinero a un empresario a cambio de favores urbanísticos. La ejecutiva del PP abrió expediente a los concejales por "faltar de forma reiterada a la disciplina del partido" ¿Por qué a unos sí y a otros no se los expulsa?, y lo más importante, ¿Ir en contra de la displina del partido es acusar de corruptos a los del propio partido?
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