El nuevo Presidente de México, Felipe Calderón, jura el cargo y mientras tanto hay zafarrancho de combate entre los diputados de la oposición y los diputados progubernamentales. Se oyeron insultos y se vieron empujones y algún que otro puñetazo entre los diputados y los senadores invitados a la ceremonia solemne.
Con razón o sin ella por el tema de que la izquierda mexicana sospeche que les han birlado las elecciones no son formas ni maneras de estar disconformes, existen otros mecanismos más democráticos y civícos que enseñar los dientes y los puños.
Al pueblo hay que ganárselo y con amplía diferencia con respecto del adversario. Y ante las dudas por mayorías simples espero que el poder judicial mexicano sea lo suficientemente responsable y maduro para denunciar tejemanejes.
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