22 diciembre, 2006

CO2, una cuestión política

He visto la película, más bien conferencia-documental, de Al Gore, “An inconvenient Truth” – Una verdad incómoda-, plantea que las emisiones de CO2 y el calentamiento de la tierra es un problema moral por cuanto que debemos dejar un planeta saludable a nuestras futuras generaciones y es una cuestión política por que son los altos cargos políticos los que tienen en su mano regular y legislar sobre los temas medioambientales. Insinúa que los medios de comunicación plantean el problema más como una teoría científica que como una responsabilidad y movilización de las conciencias.

El documental, basado en numerosos gráficos y ejemplos demostrativos, nos viene a decir que el aumento térmico del planeta nos llevará a que los polos se derretirán en menos de 40 años produciendo un aumento del nivel de los océanos y mares que llevará a tener que trazar nuevos mapas dado que el agua se llevará por delante ciudades como Calcuta, Shangay, Venecia, Beijing, Florida, Países Bajos... Los océanos al calentarse serán más susceptibles de generar más vientos, más humedad y con ello más huracanes e inundaciones, pero también más sequías debido a la evaporación en las zonas desérticas.

Hay ciudades que ya han tomado medidas para reducir las emisiones de CO2 invirtiendo en energía solar, eólica y otras energías “limpias”; no obstante, no hay todavía voluntad política y la realidad es que es un hecho lo del calentamiento de la tierra; el 2005 registró 157 millones de personas afectadas por desastres naturales, la cifra más alta de los tiempo modernos y no tan modernos.

Menos mal, que los cargos políticos son un recurso renovable. Ahora están estos, pero luego estarán otros.

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