Si en España tenemos el carnet de conducir por puntos, en el que te restan puntos pero no te premian con nada si sigues manteniendo tus puntos; si en Italia un cura ha puesto la misa por puntos en el que premia a sus fieles con crucifijos y biblias de bolsillo a los niños buenos que van a misa. Sugiero que Manuel Marín, Presidente del Congreso de los Diputados, y Javier Rojo, Presidente del Senado, apliquen a sus señorías los beneficios y reprimendas en una cartilla por puntos.
Se penalizará y restará puntos a sus señorías el no asistir, no ya al pleno, sino no estar en su despacho de trabajo; no hacer bien los deberes, votar despistadamente o directamente no asistir a votar; protestar cuando esté hablando el de la oposición, hacer manifestaciones sexistas dentro de la cámara, marginar en las negociaciones a otros partidos, llegar tarde a una rueda de prensa, filtrar información interesada y no pagar cafés y escaquearse.
Se premiará, se premiará... con el sueldo es suficiente. Aunque se gratificará con algún texto legal español o escritos de grandes pensadores como Montesquieu y su obra “Del espíritu de las leyes”, así aprenderán e interiorizaran que la división de poderes del estado son independientes unos de otros.
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