18 octubre, 2008

Políticas estadounidenses, victimas del sexismo mediático


Hillary Clinton y Sarah Palin, serían víctimas de ese sexismo mediático que presenta a las mujeres políticas como figuras de poca autoridad.

La cobertura informativa de la actual campaña electoral norteamericana ha dejado patente el sexismo de los medios de comunicación. Así lo manifestó Susan J. Carroll, catedrática de Ciencias Políticas y de Estudios de Género de la Universidad Rutgers, de EEUU, en un coloquio organizado por el Instituto Internacional.

En este debate sobre “Mujeres en Política y medios de comunicación” participó Mª Rosa Berganza, profesora de periodismo de la Universidad Rey Juan Carlos, que planteó si es sexista o igualitario el discurso mediático sobre las mujeres que ocupan cargos políticos en nuestro país.

En su intervención, Susan J. Carroll se centró en analizar el tratamiento informativo que han recibido las dos mujeres protagonistas en las elecciones norteamericanas, Hillary Clinton y Sarah Palin. De la primera dijo que ha sufrido varios incidentes sexistas de los que los medios no se hicieron eco, como fue el comentario de una de las personas asistentes a un acto de su campaña como precandidata demócrata a la Presidencia de EEUU: Plancha mis camisas.

“Este mantra neanderthal recibió muy poca cobertura. Si hubiera tenido un tinte racial habría saltado a las primeras páginas. En las Primarias el racismo fue noticia; en cambio, no lo fue el sexismo dirigido contra Clinton”, comentó la profesora americana, que considera que la prensa de su país ha mostrado una preferencia clara por Obama en una proporción de 9 de cada 10. “Desde los medios se llegó a decir que Hillary había sido elegida candidata a la Presidencia, no por méritos propios, sino porque su marido le fue infiel”.

Carroll habló también del tratamiento sexista que se la ha dado a Sarah Palin, a la que se ha atacado con argumentos más básicos. Ha recibido calificativos como sexy y “mujer cañón”; se la ha criticado por sus ordinarias gafas, por su ropa sin pretensión, por su peinado, por tener una hija de 17 años embarazada. Los periodistas han recordado su pasado como ganadora de concursos de belleza y le han reprochado su escaso rodaje en Política más allá del Estado de Alaska. “Se le ha tratado de forma distinta que a un hombre. A Obama no se le ha criticado tanto su falta de experiencia”.

En esta contienda la aspirante republicana a la vicepresidencia ha salido peor parada que Clinton porque ésta conocía los estereotipos con los que se mueve la sociedad americana: la mujer tiene menos capacidad de ejercer un cargo público y no tiene preparación para estar al frente de las Fuerzas Armadas. “Por eso eligió su experiencia como el punto de atención de la campaña. Palin, en cambio, no conocía estos estereotipos y no tuvo estrategias para enfrentarlos”.

Las políticas son primero mujeres

En nuestro país la situación no es muy distinta, como expuso la investigadora y profesora de la Universidad Rey Juan Carlos, María Rosa Berganza, en su conferencia El discurso mediático sobre las mujeres políticas en España: ¿sexista o igualitario?.
“El trato que se da a las mujeres en los medios de comunicación es diferente que el que reciben sus homólogos políticos. Es diferente y negativo. Hay una excesiva familiaridad en el trato que se les da y con ello se proyectan figuras de poca autoridad”, afirmó Berganza y puso como ejemplos los nombres que se han utilizado en prensa: ’Espe’ para aludir a Esperanza Aguirre, y ’Trini’, o “la Trini”, para referirse a Trinidad Jiménez. “A los hombres no se les llama por su nombre de pila”, agregó.

Otra de las ideas que apuntó es que en el discurso mediático “las mujeres políticas son, primero mujeres y luego políticas”. La cobertura de la información en la que son protagonistas presta más atención a su vida personal, su rol de madre, su edad, su pareja, cómo concilia trabajo y familia, y tiene mucho interés su vestimenta y su apariencia física, aún tratándose de información política y de prensa de calidad.

Con todo este enfoque del tratamiento informativo se consigue “restar autoridad” a las mujeres que ocupan cargos políticos, concluyó María Rosa Berganza.

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