28 octubre, 2007

Merchandising político

La verdad es que hay grandes diferencias del merchandising que se hace en España y el que se hace en EE UU desde el punto de vista político, que es el que nos interesa. Allí tienen como más guasa y humor para los objetos de la mercadotecnia política, aquí, todo es demasiado formalista. Para muestra veamos unos botones.

Llavero de Bush sofisticado. Con su hora y los días que le quedan... para largarse.



Hillary multifunción. El artilugio en cuestión es cuchara, cuchillo, tenedor y cascanueces.


En España tanto el Partido Socialista como el Partido Popular tienen sus tiendas on line de artículos corporativos.

La tienda del PSOE es más sofisticada y todo de muy color rojo, venden camisetas, gorras, mochilas, barajas de cartas y dominós. En cambio la tienda del PP es más simple y todo de muy color azul y naranja como sus colores corporativos. Tienen corbatas naranjas, pañuelos de señora azules, raquetas de paddel, llaveros y poco más.

llavero mosquetón del pp:

Polémico cartel electoral en Suiza

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Cartel que representa el territorio suizo, con la cruz blanca y tres “inocentes” ovejitas blancas, clara alusión a los tres fundadores de la Confederación Helvética, cuando una de ellas da una coz a otra ovejita negra para echarla del territorio. Al lado el título “Creando seguridad”.

Metáfora literal de “mi partido está por la expulsión del país de los extranjeros”. El caso es que Christoph Blocar, el líder del partido conservador, Unión Democrática de Centro UCD, declarado xenófobo y racista, ha ganado las elecciones federales con un 29% de los votos. La mayor proporción obtenida en Suiza por un partido político.

El Partido Popular suizo quiere impulsar una ley que autorice la expulsión de familias extranjeras si alguno de sus miembros es acusado de delitos violentos, drogas o fraude.

La bandera de todos

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Una amiga me manda esta foto y me dice: por fin han dado con una bandera que representa a todos los españoles. ¿O no?

23 octubre, 2007

“Recetas de Mujeres para la práctica política”

0La publicación, editada por la Secretaría de Igualdad del PSOE, recoge con sentido del humor un recetario de “cocina política” del que se editarán 4.000 ejemplares y que el partido distribuirá a las mujeres socialistas que ocupen cargos políticos y a las instituciones de mujeres.

La intención del libro es facilitar los instrumentos adecuados para que las mujeres accedan al mundo de la política en igualdad de condiciones y recopila, para ello, experiencias e iniciativas que han puesto en práctica numerosas mujeres en los últimos 30 años. Aparecen “recetas” de Inés Alberdi, Amelia Valcárcel, Micaela Navarro o de la secretaria general de Políticas de Igualdad, Soledad Murillo, que prepara la fórmula para “Reivindicar las acciones positivas o las políticas públicas de igualdad”, en el que los ingredientes fundamentales son altas dosis de convicción, mucha seguridad y confianza en las leyes que defienden la igualdad.

El monográfico "culinario" recoge desde como “Hacer política desde el feminismo”, a un “Liderazgo en diez pasos”, o como “Despegarse del suelo pegajoso”. La receta para éste último supuesto tiene como ingredientes: la capacidad de análisis, el saber separar el tiempo público de lo personal, el reservar en una taza la vida privada, corresponsabilizar a los hombres de las tareas y utilizar disolvente para borrar los estereotipos y prejuicios hacia la participación de las mujeres en la toma de decisiones.

Una receta importante son los diez pasos para construir un liderazgo feminista en política: Primero, aprender a representar los propios intereses y liderazgos individuales; segundo, adquirir capacidad de argumentar y nombrar; tercero, adquirir capacidad de defensa propia; cuarto, tener el compromiso de género; quinto, aprender a disentir dentro del juego democrático; sexto, generar alianzas y pactos; séptimo, desarrollar liderazgos eficientes; octavo, desarrollar liderazgos incluyentes; noveno, liderar desde el respeto a la diversidad y, por último, hacer pactos políticos y éticos en el movimiento de mujeres.

La anécdota de la presentación fue la pregunta de un corresponsal extranjero que preguntó a la secretaria de Igualdad del PSOE cuál fue la receta que no aplicó Ségòlene Royal, al no salir elegida en las presidenciales francesas. Montaño respondió que le enviará el libro “para que no le vuelva a suceder lo mismo”.

La presencia de mujeres en la política española avanza aunque no se consigue el deseado equilibrio entre los géneros

Esas son las conclusiones sobre el Impacto de la Ley para la Igualdad efectiva de mujeres y hombres en las elecciones locales de 2007. Un estudio que ha presentado hoy el Ministerio del Interior.


La Ley de Igualdad contempla en su artículo 14.4 “la participación equilibrada de mujeres y hombres en las candidaturas electorales y en la toma de decisiones”. En el estudio presentado hoy, los datos confirman que la presencia de las mujeres en la vida política avanza pero que todavía no se ha llegado a una presencia equilibrada entre hombres y mujeres en los ayuntamientos de España. Así, el 60’56% (12.956) son concejales, frente a un 39’44% (8.431) de concejalas, lo que supone que tras las elecciones locales hay cerca de 2.000 mujeres más en los consistorios que en los comicios de la anterior legislatura del 2003.

Si nos atenemos solamente al número de alcaldes y alcaldesas en España, la brecha de género es muy notable. Han salido como alcaldes un 85'6% frente a un 14'4 de mujeres alcaldesas.

Por Comunidades Autónomas, las que superan el 40% de concejalas son la Rioja, Madrid, Ceuta, Melilla, Comunidad valenciana, Castilla La-Mancha y Andalucía.

Todos los municipios han cumplido la Ley de Igualdad, de lo contrario, la administración hubiera recurrido las listas electorales, si bien, en cuanto a la evolución de las provincias baja la presencia femenina, con respecto a las elecciones del 2003, en las provincias de Soria, Teruel y Cuenca.

El Partido Socialista es el grupo político con mayor representación femenina, con 3.316 mujeres concejalas; el Partido Popular cuenta con 2.755; Convergencia i Unió tiene 347; Izquierda Unida, 323; Ezquerra Republicana, 130: el Partido Nacionalista Vasco, 155; el Bloque Nacionalista Galego, 153, y Coalición Canaria tiene129 mujeres.

El número de municipios que iguala o supera el 40% de concejalas se ha duplicado respecto a las elecciones del 2003; siendo, en los comicios del 2007, 558 los que superan el 40% de concejalas frente a los 234 del 2003. Por otra parte, en todos los tramos de población se ha incrementado el número de concejalas, siendo en las ciudades entre 50.001 y 100.000 habitantes y las de 5.001 y 10.000 habitantes en las que más ha aumentado la presencia de políticas.

12 octubre, 2007

Somos España y olé

Mariano quiere que hagamos un gesto de españolidad. ¿A qué vienen estos homenajes? Somos españoles con bandera o sin bandera. Les dejo el vídeo de su discurso del tipo busto parlante solemne. Sólo al final le ha faltado decir aquello de ¡Viva España!... qué viva, viva y olé a los españoles de aquí y de allá.

¿Mujeres en el poder? ¿Qué mujeres?

Exactamente 14 hombres y una mujer, la Vicepresidenta del Gobierno, son los que conforma el nuevo Consejo de Defensa Nacional que se encargará de asesorar al Presidente José Luis Rodríguez Zapatero. La paridad brilla por su ausencia.

01 octubre, 2007

Quiero un parlamento llenito de gente cuando hable yo

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Al departamento de Comunicación del Gobierno Vasco no le gusta que cuando hable el lehendakari se encuentren los sillones vacíos del parlamento. De ahí que cuando el diario “El País” publicó en portada esa foto, rápido sacó una nota en la que acusó al periódico de “manipulación” al considerar que la foto no era precisamente del día que mencionaba “El País”. Sin embargo, la foto sí correspondía a la fecha y, el gabinete de prensa vasco, tuvo que sacar otra nota, anulando la anterior, y admitiendo su error.

La M con la A – MA- con la E- ME

Por un descuido en la 62º Asamblea General de Naciones Unidas hemos podido saber que los ocurrentes asesores de Bush, abochornados por los continuos desatinos del texano más universal, han decidido ponerle en sus discursos una especie de guía que le ayuda a reconocer como se pronuncia fonéticamente nombres para él hasta ahora impronunciables como el de nuestro ex presidente del gobierno: ANSAR.

Este tipo de ayudas son enormemente eficaces para no ir haciendo el ridículo por el mundo.

Romano Prodi, dixit

No creo que la sociedad italiana sea mejor que su clase política”.

No sé si Prodi se refiere por lo buena que es o por lo mala que es la clase política. En caso de ser lo segundo, él es votado por la sociedad italiana que no cree tan buena... Un político debería evitar estos comentaros tan desafortunados.

Presupuestos demagógicos o pedagógicos

Les dejo con una columna de opinión de Felipe González, publicada en el diario “El País”, disertando sobre los Presupuestos Generales del Estado. Lleva por título “Izquierdas, derechas y problemas territoriales”:

“¿Es una política progresista tener superávit presupuestario?", me interpela a voces un periodista cuando no estoy de humor para explicarme. "Sitúese por un momento en Estados Unidos", le contesto, "y mire cómo dejó las cuentas públicas Clinton y cómo las tiene Bush, y después me lo vuelve a preguntar".

Los equilibrios presupuestarios, sin fundamentalismos trasnochados que defienden en cualquier circunstancia el déficit cero o la virtualidad del endeudamiento, no son de izquierdas ni de derechas, sino de buen gobierno. Lo que diferencia a las opciones políticas en las cuentas públicas es la mezcla de ingresos y gastos. En definitiva, quién debe pagar más o menos o quién recibe más o menos, porque de ello depende uno de los elementos esenciales de la cohesión social: las posibilidades de redistribución de la renta disponible para disminuir o aumentar la igualdad de oportunidades.

Más allá de eso, desde los bíblicos tiempos de las vacas gordas y las vacas flacas, lo razonable es que en periodos de bonanza se ahorre y en los de crisis se tengan reservas para responder a las necesidades que de forma inevitable surgirán por la disminución de ingresos y las necesidades de gasto equivalentes o superiores. Este criterio, de buen sentido, debe tener en cuenta la sostenibilidad de los gastos que se propongan con carácter recurrente.

En nuestro país, los que más gritan contra las negociaciones presupuestarias, sobre todo en periodos previos a las confrontaciones electorales, son los que antes se callaban cuando los suyos estaban al mando, al tiempo que lo aprovechan para pedir más que todos los demás.

Pero también lo hacen los que, con una evaluación errónea, piensan llegado el momento de hacerse pagar el apoyo al Gobierno para quedar bien ante sus minoritarias huestes, con exigencias que poco o nada tienen que ver con los intereses generales que éste tiene que preservar. Todos coinciden en pedir más de lo razonable o de lo posible incluso, ante un ejercicio que siempre será de administración de recursos insuficientes.

Con acierto o con error en su interpretación, al Gobierno de España le corresponde presupuestar con la vista puesta en los intereses generales, que en la perspectiva de un Gobierno progresista debe enfatizar la cohesión social, sin dejarse arrastrar por demandas de oportunismo explicable pero no razonables como las que estamos contemplando. Este ejercicio es tanto más difícil cuanto mejor se han llevado las cuentas en el periodo de bonanza que hemos vivido. Si hubiera dificultades para cuadrar las cuentas, paradójicamente, sería más fácil, y la demagogia, algo más limitada.

El debate, áspero y falso, sobre el destino y reparto de las inversiones no responde a ese criterio de intereses generales que utilizan los dirigentes nacionales y autonómicos del PP, ni a los agravios comparativos que estos y los grupos minoritarios territoriales esgrimen.

Las inversiones en infraestructuras no pueden ser igualadas por raseros territoriales ni poblacionales, aunque pueda haber acuerdos temporales con cada autonomía. Dependen de factores múltiples que obligan al poder central a orientarlas para producir riqueza de la manera más eficiente, incluyendo la recuperación de los retrasos históricos, que en última instancia persiguen la misma finalidad.

Si fuera tan fácil como repartir con criterios objetivables de población, territorio o renta, por separado o combinados, la decisión dependería para siempre de una fórmula matemática que nos libraría de la necesidad de decidir, de priorizar, año a año o por periodos determinados de tiempo.

Sin duda, en el terreno de los servicios que afectan a derechos reconocidos como universales a los ciudadanos, y transferidos en su totalidad, el criterio de reparto por población es determinante, aunque otros factores deban ser tenidos en cuenta en el coste, como la dispersión o concentración de la población en el territorio. El interés general y la cohesión social nos llevarán a corregir desajustes históricos en los lugares en que existan porque estos afectan a los ciudadanos, que son el objetivo determinante de la política.

Por esta razón, en las competencias cedidas en este terreno, es más fácil llegar a un acuerdo con las autonomías. No digo fácil, sino más fácil que en las decisiones sobre las políticas inversoras en infraestructuras.

A este Gobierno se le pueden reprochar cosas, como a todos, pero no que no haya sido coherente con sus compromisos programáticos en los campos de lo social, de la ampliación de libertades cívicas o en el redoblado esfuerzo inversor respecto de la etapa precedente. Por eso, probablemente, el debate en estos años ha ocultado las mejoras en estos campos tratando de enterrarlas con temas transversales que afectan más a los sentimientos de pertenencia o a los agravios comparativos, hasta provocar, de manera irresponsable, tensiones entre los ciudadanos de los distintos territorios.

Me atrevería a decir que en el actual debate presupuestario importan poco las cifras reales y menos aún las comparativas con los años del gobierno del PP, y mucho estas politiquerías de fondo que pretendidamente defienden la unidad y la igualdad entre los españoles, aunque en la desgraciada realidad fomentan la confrontación y la crispación.

Por eso, el Gobierno debería insistir en las cifras reales y en las comparativas con los años precedentes, y hacerlo con pedagogía frente a la demagogia y con transparencia frente a la confusión. Pero también debería dejar claro que no se dejará arrastrar por unos o por otros en este tironeo preelectoral, porque, a fin de cuentas, y de cuentas hablamos, si no hubiera acuerdo presupuestario, la tragedia no sería mayor. Con una prórroga de lo que hay y la decisión de los ciudadanos a las puertas del próximo año, asunto arreglado.

Negociar los presupuestos es bueno, deseable para una acción de gobierno en democracia y en un Estado complejo como el nuestro. Incluso cuando se dispone de mayoría absoluta hay que hacer este ejercicio de responsabilidad negociadora. Pero si los excesos se acumulan y todos se sienten con derecho a abusar de sus supuestas (que no reales) posiciones de fuerza, más vale contárselo a los ciudadanos para que decidan en marzo lo que quieren.”

Felipe González , ex presidente del Gobierno español